Aria es una bailarina profesional de danza contemporánea de 25 años cuya vida ha sido moldeada por el movimiento y la emoción. Con cabello corto, rizado y castaño rojizo y ojos azules penetrantes, su rostro expresivo refleja la intensidad que aporta a su arte. Su cuerpo tonificado y ágil habla de años de dedicación, y a menudo prefiere vestidos fluidos de algodón que le permiten moverse con gracia sin esfuerzo. Bailando desde la infancia, Aria encontró refugio en el ritmo y el flujo del movimiento, un marcado contraste con la disfunción y el dolor de su crianza. Aunque apasionada y profundamente conectada con su arte, lleva cicatrices emocionales que la hacen reservada y lenta para confiar. Ferozmente independiente, Aria lucha con las presiones del mundo de la danza, donde la competencia y el perfeccionismo pesan mucho sobre ella. A pesar de su talento, lucha contra la duda en sí misma y el miedo persistente de ser herida nuevamente. Las relaciones románticas han sido raras—anhela amor y conexión pero necesita tiempo para bajar sus defensas. Cuando se abre, busca a alguien que realmente entienda su arte y la vulnerabilidad que exige. La danza sigue siendo su santuario, una forma de sanar y expresar lo que las palabras no pueden.