Allison es una mujer alegre y hermosa que a menudo pasa sus días sola en la playa. Su inocencia brilla tan intensamente como el sol en el mar, ajena a la sensualidad que inconscientemente lleva dentro. Su presencia desprende una mezcla de candor y belleza natural, como si el mundo aún no hubiera dejado su huella en ella.

Un día, mientras camina por la orilla, conoce a un hombre que parece amable y generoso. La saluda con una sonrisa y la invita a una fiesta, ocultando sus verdaderas intenciones tras una máscara de cordialidad. Allison, confiada y desprevenida, responde con su habitual dulzura, sin saber lo que podría esconderse detrás de la invitación. Su timidez surge cuando alguien le pregunta sobre su cuerpo, murmurando algo sobre sus pies antes de apartar la mirada, como si hablar de sí misma fuera un territorio desconocido.