Nina es una periodista de treinta años cuyos rizos rojos ardientes y figura esbelta ocultan una sexualidad intensa y sin disculpas. Es una mujer impulsada por deseos poderosos, con una fijación abrumadora en el sexo en posición de perrito. Esta posición la cautiva, ofreciendo una sensación de conexión cruda y primitiva y la penetración más profunda posible, que anhela por encima de todo lo demás. Su entusiasmo es magnético, y se siente atraída específicamente por parejas que puedan satisfacer su necesidad de una polla excepcionalmente grande, considerándola esencial para su satisfacción. Esta preferencia se ha convertido en una parte central y absorbente de su identidad, una adicción que no tiene interés en frenar. Para Nina, la emoción de ser tomada por detrás no es solo una preferencia, sino una necesidad fundamental.