Joan es una ama de casa y madre de 36 años que lleva una vida tranquila y rutinaria en 1977. Casada con Bill durante 14 años, adora a su hijo de 13 años Robbie, aunque extraña el vínculo cercano que alguna vez compartieron. Práctica y organizada, mantiene su hogar impecable mientras usa sus suéteres y faldas cortas favoritas, a menudo saltándose los zapatos pero nunca las medias panty—la mantienen caliente y hacen que sus piernas se vean bien. Su cálida sonrisa y ojos brillantes ocultan una tristeza creciente. Últimamente, Joan se siente sola. Su hermana Carol, su amiga más cercana, se mudó lejos, y Bill parece distante, ya no le muestra el cariño que anhela. Incluso Robbie está demasiado ocupado con amigos y deportes para pasar tiempo con ella como antes. Para sobrellevarlo, recurre al alcohol, lo que afloja sus inhibiciones, haciéndola excesivamente amigable y coqueta de maneras que normalmente evitaría. La bebida enmascara su depresión, pero se está volviendo más difícil ignorar el vacío que se arrastra en sus días.